Por la memoria de todas las víctimas
Por una sociedad de ciudadanos y ciudadanas plenos de derechos
El 14 de abril de 1931, hace 94 años, la ciudadanía acabó con un régimen monárquico corrupto que hacía aguas en lo social, en lo económico y en lo político. El pueblo exigía mejorar sus condiciones de vida y de trabajo y decidir su destino. Con sus movilizaciones trajo la Segunda República y con ella un periodo de avances democráticos y conquistas sociales.
Solo las mentes más oscuras y los empeñados en alterar la historia niegan los avances en temas como la igualdad para las mujeres, con la conquista del derecho al voto, las leyes de divorcio o de aborto, el reconocimiento legal de los hijos tenidos fuera del matrimonio; avances importantes en materia de enseñanza, avances tanto en la creación de multitud de escuelas como en los contenidos, para conseguir personas críticas; extensión de la cultura a través de las misiones pedagógicas, reformas en el ámbito laboral, con recortes de jornadas, establecimiento de los descansos semanales, avances también en materia agraria, etc.
Avances que fue necesario defender tras el gobierno de las derechas tras el bienio negro y que, finalmente, fueron truncados por un golpe militar frustrado, que los golpistas transformaron en una guerra donde el principal objetivo era aniquilar al contrario ideológico.
En estos tiempos de propagación, con mentiras, del fascismo y el militarismo es fundamental la lucha antifascista, por la democracia, por la paz, contra los escandalosos beneficios de la industria militar. Y tenemos que gritar, fuerte, fuera ya las manos de Israel de Palestina y exigir responsabilidades por las más de 60.000 muertes en el territorio.
Reivindicamos los valores republicanos y afirmamos estar en contra de una monarquía impuesta, que ha actuado y actúa al servicio de una minoría de privilegiados.
Hemos querido destacar que este año se cumplen 80 años de la liberación de los campos nazis, porque como memorialistas que somos, queremos insistir en las responsabilidades del franquismo en el destino de nuestros compatriotas.
Los golpistas tuvieron desde el inicio del golpe el apoyo de fascistas y nazis, incluso antes del golpe. Contó también con el apoyo de la iglesia católica que tomó la guerra como una cruzada o guerra santa. La represión fue una operación planificada para, como he dicho antes, eliminar a todos los que no pensaran como ellos.
El resultado, unos 150.000 muertos y en torno a 500.000 exiliados, de los que más de 9.000 acabaron en campos de concentración nazis y casi 5.000 fueron en ellos asesinados. Dar a conocer lo que pasó sigue siendo una obligación ante la escasa respuesta y reparación de los derechos de las víctimas.
La derogación de las leyes de Memoria impuestas por las derechas donde les dan los números, como es el caso de Cantabria (aunque ahora esté paralizada cautelarmente la derogación, pero la inacción del gobierno regional produce un efecto parecido). La derogación decía, no va a poner freno, aunque sí dificultades, al trabajo de las asociaciones memorialistas, que mantenemos nuestro compromiso ante las víctimas y sus familiares.