Para conmemorar esta fecha, la Delegación del Gobierno de Cantabria, a propuesta del Colectivo Memoria de Laredo, realiza un Acto de Reconocimiento y Reparación Personal a: ALFONSO MONTES MAZA asesinado en Gusen – Mauthausen FELISA MONTES MAZA exiliada a Francia que cumplirá 97 años. Poniendo en relieve el olvidado mundo del Exilio y la Deportación rurales.
Intervención del Colectivo Memoria de Laredo en el acto
Quiero mostrar nuestra satisfacción, la alegría del Colectivo Memoria de Laredo por facilitar la celebración de este Acto.
Queremos agradecer al Secretario de Estado de Memoria Democrática, Fernando Martínez López, por su apoyo y presencia en este homenaje, gracias Fernando.
Agradecimiento a la Delegación del Gobierno por creer en nuestro proyecto y aceptar la propuesta de celebrar este reconocimiento a víctimas del entorno rural, muchas veces silenciadas. Gracias Delegada, Eugenia Gómez de Diego y todo tu equipo, que nos habéis tratado excelentemente.
No puedo olvidar agradecer también a la Directora General de Atención de las Víctimas del Ministerio, por su ayuda y complicidad con nuestra Asociación. Gracias Zoraida.
Agradecimiento al Ayuntamiento de Rasines por su apoyo también y la colaboración con todos sus medios en la preparación del evento. Gracias Sergio.
Y agradecer la presencia de las autoridades invitadas y el público que se ha sumado al acto y nos honra con su presencia,
Pero, por encima de todos y aunque no sea muy protocolario, quiero agradecer la presencia de los familiares de Felisa y Alfonso Montes Maza, que han venido de distintos puntos de la geografía nacional y, especialmente a nuestra cómplice en la realización de este acto que ha hecho, desde que tomamos contacto va a hacer ya tres años, de puente entre Felisa y la Asociación y ha hecho un tremendo esfuerzo para estar entre nosotros este día, acompañada de su esposo. Bienvenidos, Claudie y Bernard. Gracias por permitirnos disfrutar de vuestra presencia.
Y ¿Por qué este acto?
¿Por qué en Ojébar?
Cuando en la Delegación del Gobierno nos plantearon ideas para la celebración del Día de Recuerdo y Homenaje de las Víctimas del Exilio, que la Ley de Memoria Democrática, establece para el 8 de mayo y que en las CC.AA. nos vemos obligados a celebrar en una fecha próxima, para dejar el 8 para los actos del gobierno. Cuando se nos platearon propuestas, decía, expresamos nuestra opinión de que ese día debía estar ligado a reconocer a estas víctimas, exiliados vivos, que cada vez quedan menos y ligarlo también a la deportación, consecuencia directa del obligado exilio para los defensores de la II República que pudieron huir a tiempo para eludir la represión que traían los sublevados.
Propusimos, también, rendir tributo a mujeres y hombres del mundo rural, tantas veces marginado. En nuestra propuesta se conjugaban exiliada y deportado, para el que proponíamos la colocación de una placa que recordara a un vecino asesinado en un campo de concentración y nunca reconocido públicamente, como la inmensa mayoría de ellos.
Este pasado lunes se han cumplido 80 años de la liberación por el ejército americano del campo de concentración y sus campos satélites, como fue Gusen.
Once días después, el 16 de mayo, los supervivientes de los distintos países, ante el temor de que el resto de la humanidad no creyera lo que allí había sucedido o, no entendiendo el alcance real de ello, lo olvidara rápidamente, firmaron un juramento por el que se comprometían a contar durante el resto de sus vidas, lo que habían visto y sufrido, así como a luchar contra la injusticia y por la solidaridad internacional.
Alfonso Montes Maza, un joven de Ojébar, comprometido con la II República a la que defendió hasta la caída de Cataluña, fue entregado a los alemanes en un Campo de Trabajo y deportado a Mauthausen.
No fue liberado ni pudo firmar el juramento indicado, porque había sido asesinado el 10 de julio de 1942 en el subcampo de Gusen.
Felisa, la hermana menor, a la que estaba fuertemente unido y de la que era su padrino, sufrió la pérdida de su hermano compartiendo su sufrimiento y adoptándolo como propio, reivindicando la necesidad de reconocer a su hermano, con el mismo tesón y fuerza que a los 8 años la llevaron a seguir a escondidas a sus padres, en la partida hacia el exilio, desde su localidad hasta ser descubierta al pasar la ría de Treto, siendo inviable su devolución al tener las bombas a las espaldas.
Felisa, de cuyos relatos a su hija Claudie, nos permitieron rehacer el ambiente de su casa durante la República al escribir la historia de los cuatro miembros exiliados de la familia, sus padres, hermano y ella misma.
Casi tres años después de haber tenido el privilegio del contacto a través de tu hija y a pesar del lógico deterioro del paso de los años, Felisa, has querido demostrar tu carácter intentando desplazarte a este acto, hasta descubrir por ti misma que vives en una zona de difíciles comunicaciones para tu avanzada edad.
Nuestra asociación quiere compensarte ese tesón con una obra del reconocido pintor cántabro Roberto Orallo, nieto también de exiliados, con una obra en la que plasma un barco camino de la costa francesa en un tranquilo tramo, nada comparable con la caótica salida desde Santander que tuviste que padecer con tus padres en aquel lejano agosto de 1937,