Memoria moral es sinónimo de justicia y el antónimo de olvido es injusticia

Esta frase del filósofo Manuel-Reyes Mate, investigador de la memoria, los vencidos y el papel de la filosofía después del Holocausto y Auschwitz, cierra el libro de Antonio, Rescatados del Olvido, con subtítulo “Fosas Comunes del Cementerio Civil de Santander”, de Antonio Ontañón, a quien venimos a felicitar en su 90 cumpleaños y rendir homenaje por su trabajo en el campo de la investigación y la memoria.

Se terminó de imprimir el libro el 11 de febrero de 2003 y el 7 de marzo se presentó en lo que hoy es el Centro Cultural Tantín y presentado al presidente del Parlamento de Cantabria y en su persona a la Cámara Regional, que había subvencionado la publicación.

El 1 de abril, tuve el honor de presentar a Antonio para que nos hablara de su trabajo de investigación y de su publicación, en la Casa de Cultura de Laredo, convirtiendo por unas horas a Laredo en el centro de la memoria de Cantabria. Ese centro cultural se ha convertido en el centro sobre el que gira la mayor parte de la actividad de nuestra asociación: allí nos presentamos el 11 de junio de 2011 y allí organizamos la presentación de libros, la proyección de documentales o las charlas coloquio sobre memoria y allí realizamos, el 11 de febrero de 2020, nuestro acto de referencia en nuestro currículum: la despedida del último deportado cántabro fallecido el mes anterior, acto que nos encargó la entonces alcaldesa, Charo Losa, miembro de nuestro colectivo y hoy presente en este acto en nuestra delegación.

Tengo que pedirte disculpas, Antonio, porque aquel acto que resultó modesto, ya que apenas pude organizarlo dada mi dedicación profesional: un cartel y su distribución y una nota de prensa. Creo que la repercusión, estando limitada, fue más que aceptable. Laredo te lo compensó años después, en la legislatura 2015-2019, en que una agrupación electoral presente en el ayuntamiento, organizó una jornada de memoria a la que te invitaron, que tuvieron una mayor audiencia y que me consta que dejó una profunda huella y permanece en tu recuerdo.

Pero aquella carencia personal, me ha guiado en el trabajo de localización de víctimas que hemos emprendido en la comarca de Laredo y en mi dirección de los trabajos de la asociación. Antes de aquel 1 de abril de 2003, ya conocía a Antonio de mis años de militancia en Santander. De alguna manera, contribuí en los trabajos de Antonio en el Cementerio de Ciriego, representando al sindicato al que pertenecía en las reuniones para erigir el primer monumento en recuerdo de los asesinados en aquel cementerio por defender la legalidad vigente en 1936 y los valores de la República. También me correspondió coordinar en dicho sindicato la recogida de fondos para el monumento.

También coincidimos en alguna que otra reunión para la puesta en marcha de un proyecto político y tuve muchas oportunidades de conversar con Antonio de múltiples temas, por lo que puedo considerarte un amigo.

Gracias Antonio, por toda una vida de dedicación a proyectos colectivos y déjame, deja a nuestra modesta asociación, que te consideremos un compañero y un amigo.

Salud y República, maestro!!